Un relato motero.

Este es el relato de un viaje en ciclomotor por el norte de España que realicé el verano de 1998.

Realmente fue una aventura inolvidable. Fue el paso que me hizo comprender la verdadera esencia y el placer de ir en moto , algo que es independiente del tipo de moto y de la velocidad. Sin duda, entonces era tan motero como lo pueda ser ahora con una moto mayor, y aún recuerdo que aquellas sensaciones eran tan auténticas (y quizá más intensas por ser las iniciales) como las que he tenido posteriormente con moto mayores.

Espero que esta relato anime a aquellos que se inician en esto de las motos a descubrir las sensaciones inigualables que ofrece el viajar en moto , sea cual sea la moto ,y dejando de banda prejuicios y miedos (aprender a ser libres, en definitiva).

 


El norte en Variant

-A la aventura :

-Una carretera estrecha y revirada, sin tráfico, en medio de montañas y bosques, perdido en cualquier rincón del norte de España, paisajes inolvidables y, por supuesto, en moto.

-La verdad es que la idea parece atractiva y emocionante. Si a lo anterior le sumas que la moto en cuestión es una simple Variant entradita en años (pero cuidada) y que el viaje es en solitario, la cosa empieza a tomar aires de aventurilla.

-Se trataba de perderse por los magníficos parajes naturales del norte de España, por carreterillas secundarias (cuando no terciarias), evitando las nacionales y vías más transitadas, sin prisas, disfrutando de cada momento y lugar, sin itinerarios prefijados ni fechas. Lo único fijo era llegar a un pueblo de León llamado Armellada, donde está mi abuela, y donde pasaría unos días antes de regresar a Sabadell.

-Como dijo no sé quien : “puedes ir con cualquier moto a cualquier lugar, sólo tienes que tener en cuenta sus limitaciones y adaptarte”. Aparte de las lógicas limitaciones de una Variant, el problema mayor era la falta de autonomía, y más por las carreteras por las que iría. La solución fue llevar dos latas de 2 litros (de las de aceite) que conseguí acoplar a la moto sin estropear la linea ( ¡ Ja !). Puse una bolsa en la parte delantera para llevar el aceite, recambios y herramientas imprescindibles. En la parte trasera, saco de dormir, tienda de acampar (muy ligera), colchoneta hinchable (dormir a gusto ante todo) y mochila con lo mínimo. Total, conseguí acoplar todo, que no pareciera muy aparatosa y además fácil de montar y desmontar ; hasta diría que tenía buena pinta rutera.

(Puerto de Estacas de Trueba (Burgos-Cantabria) ¡vaya descenso!)

-La ida :

-Primer día, salida a la 7 :00 de Sabadell, mezcla de ilusión, excitación y preocupación ; me esperaban varios días de ruta, muchos quilómetros, sólo mi Variant y yo .... ¡ joder ! un poquillo de miedo tenía, pero una vez en marcha te olvidas. La sensación de libertad y atrevimiento es magnífica. Mucho calor y primer incidente en Ponts (Lérida) : recorro 6 Kms en dirección incorrecta a pesar del mapa (por suerte no me volvió a fallar). Noche en un camping de Tremp. Total unos 215 Kms y 6 horas de marcha repartidas durante todo el día (de 7.00 a 19 :00), parando mucho, como haría durante todo el viaje.

-El segundo día fue de lo más variado. Después de una mañana tranquila, con mucho calor, y el ya típico puertecillo duro para poner a prueba a la Variant, paro a comer en Boltaña (Huesca). Mientras apuro el postre me doy cuenta de que unos negros nubarrones aparecen tras una montaña a la salida del pueblo, justo en la dirección que debía tomar. Resignado, y a la vez contento por el atrevimiento, reinicio la marcha enfilando el puerto por una solitaria carreterita que me adentraba en los nubarrones. Veo relámpagos al fondo, pero no empezó a llover hasta que llegué arriba. No sabría explicar las sensaciones, pero eran extrañamente agradables, las circunstancias (lluvia floja, carretera estrecha y solitaria, montaña y bosques chulos) hacían atractiva la situación. La lluvia paró pronto y pude disfrutar de una larga bajada en medio de bosque cerrado muy bonito, pero siempre con los nubarrones acechando.

-Lo malo estaba por llegar. El último tramo del día, y de los pocos que tuve que hacer por nacional, fue poco menos que un infierno. Dirección Sabiñánigo (Huesca) un vierto fuertísimo (muchos camiones paraban) me hizo sufrir mucho, y para colmo de Sabiñánigo a Jaca me pilló un chaparrón de los buenos. Por suerte llegué a Jaca (algo mojadito) donde hice noche.

-El tercer día, después de una noche bastante (demasiado) fría, amaneció despejado. Tras el consejo de unos paisanos, me dirijo a Ochogavía (Navarra) por el valle de Ansó, atravesando un desfiladero muy bonito y siempre por parajes impresionates. Mi intención era subir hasta el bosque de Irati, pero tras informarme de que la pista que comunicaba con Orbaiceta estaba cortada, decidí hacer un trayecto alternativo. Comí en Ochogavía, donde conocí a una simpática pareja de Barcelona que con su R 1100 GS iban hacia San Sebastián (saludos). Puse rumbo a Pamplona y de camino disfruté de unos puertos con magníficas curvas, aunque la Variant ya tenía bastante con llevar la carga y a mí. Después de perderme por Pamplona, encontré un camping a las afueras donde pasé la noche.

(Bonitos bosques y carretera del Pais Vasco)

-El cuarto día amaneció nublado y se mantuvo así durante todo el día, algo que agradecí mucho. Camino de Alsasua, siempre evitando la nacional, tuve mi primera (y no la última) experiencia trail-enduro, ya que para enlazar dos pueblos sólo había una pista de tierra. En un bar-restaurant de Ibarra (País Vasco), por 1000 ptas, me harté de comer (sobró para otro), algo que no favoreció nada a mi Variant el subir el duro puerto que venía a continuación. Éste día hubiera sido de los más tranquilos y relajados, de no ser que en el mapa no había marcado ningún camping cercano. De hecho, este problema ya preveí que lo tendría, así que empecé a buscar lugar para acampada libre. Por precaución debía estar cerca de un pueblo. Después de buscar mucho y desesperarme algo, ya con poca luz, encontré un buen sitio al lado de Artziniega (pueblo de Álava) donde pasar la noche.

-Quinto día ; después de unos quilómetros por el norte de la provincia de Burgos, me dispongo a entrar en Cantabria por el puerto de las Estacas de Trueba. Un exceso de confianza, pues nunca tuve problemas en encontrar gasolineras, hizo que apurase la gasolina más de lo necesáreo, pero después del laaargo y bonito descenso del puerto de las Estacas encontré (gracias a Dios y a BP) gasolinera donde repostar.

-Pero el suceso del día estaba por llegar ; sería mi segunda experiencia trail-enduro (esta vez mucho más dura). En el mapa había una linea, supuestamente una carretera comarcal, que unía Villasuso con Ucieda (Cantabria) y por donde decidí pasar. Mi sorpresa llegó cuando en Villasuso pregunto a un paisano que me dice que la carretera no sigue y que la única forma de llegar a Ucieda es por un camino de varios quilómetros pasando al otro lado de unas montañas ; y para colmo me informa de que está prohibido circular sin permiso especial (con peligro de multa). Total, decido arriesgarme y sigo. ¡Vaya subida !, el camino sube muy fuerte y paso muchos apuros, subo casi parado y la moto se calienta mucho, teniendo que parar unas cuantas veces por miedo a reventar la Variant. Después de unos quilómetros de sufrimiento llego a arriba y comienza una larga e incómoda bajada de mucha pendiente y piedras. A pesar de la tensión pude contemplar el magnífico paisaje a mi alrededor. Maldecí unas cuantas veces a Ucieda (el trayecto se me hizo eterno). El cabreo quedó compensado con unos parajes de bosques fantásticos, de hecho estaba en el parque natural de Saja en Cantabria.

-Por suerte, los últimos quilómetros del día fueron más relajados, cualquier carreterita me parecía una delícia. Pasé la noche en un camping de Panes (Asturias), ya con los Picos de Europa a la vista.

(Paisaje cercano a Panes (Asturias))

-Sexto y último día del viaje de ida. Después de cinco intensos días de viaje, uno ya tenía ganas de hablar con alguien conocido y de pillar una cama de verdad, pero a pesar de esto me mentalicé para disfrutar del día y no dejarme llevar por las ganas de llegar. Así, salí de Panes, con niebla, para hacer el tramo Panes-Arenas de Cabrales-Panes del que tan buenas referencias tenía. Siguiendo el rio Deva y por un magnífico desfiladero llegué a Potes (Cantabria). A continuación, dirección León por el puerto de San Glorio, quizás el puerto más duro de todo el viaje (me obligó a parar más de una vez). Ya en la provincia de León , todo fue un largo y bonito paseo pasando por Riaño, Boñar, La Robla y, por fin, Armellada (mi destino), pueblo leonés de la ribera del Órbigo.

 

-La vuelta :

-Tras varios días de descanso en el pueblo, reinicié la marcha de vuelta a Sabadell. Esta vez la ruta sería (comparando con la de ida) mucho más llana y rápida, con bastante menos atractivo paisajístico pero con más atractivos culturales, ideal para los que disfrutan visitando castillos, monasterios y lugares cargados de historia. Como en el viaje de ida, siempre busqué carreteritas secundarias (mucho más entretenidas y aptas para la Variant) evitando, en lo posible, las nacionales.

-Fueron cuatro días bastante más tranquilos y menos accidentados que los de ida. El primer día, dirección Sahagún (León) pasé por una vieja carretera del Camino de Santiago, comí en Astudillo (Palencia) y seguí para Lerma(Burgos) . Dormí en un camping de Covarrubias.

-Al día siguiente visité Santo Domingo de Silos (y su famoso monasterio) ; en Salas de los Infantes repuse provisiones y, por paisajes cada vez más bonitos, me dirigí a Quintanar de la Sierra (Burgos). Mi intención era subir a la Laguna Negra de Neila, pero finalmente decidí dejarlo para otra ocasión. Gracias a los inmensos bosques, en la zona hay mucha industria maderera (en los pueblos veía troncos por todos lados).

Llegué a Agreda (Soria) después de unos pocos y desagradables quilómetros por la nacional, con largas rectas que se hacen eternas y aburridas (con una XX o R1 no lo serían). Para evitar la nacional Zaragoza-Lérida y los Monegros decidí hacer una ruta alternativa pasando por el norte.

Así, subí hasta Tudela (Navarra), donde empezó una situación angustiosa : se hacía tarde, no había campings y el terreno era muy malo para acampar. Al final, tomé la decisión de seguir hasta Ejea de los Caballeros (Zaragoza) en busca de mejor terreno. Sin duda, fue una mala decisión, pues el terreno entre Tudela y Ejea de los Caballeros corresponde a 40 Kms a través de las Bárdenas Reales de Navarra (terreno árido), sin pueblos y ,por si fuera poco, se hacía de noche ; vaya , ideal para que la Variant se rompiese a medio camino. Manteniendo la sangre fría, llegué a Ejea de los Caballeros, donde ,ya desechada la idea de acampar, busqué un hostal donde dormir. Para colmo de males, en una calle oscura pillo un bache (más bien pozo) y doblo algo las barras. Cabreado consigo enderezarlas para poder seguir bien (podría haber sido peor). Por fin encontré hostal donde recuperarme de la tensión y pasar la noche.

-El tercer día, sin incidentes, paso por Leciñena, Sariñena (Huesca) y pongo rumbo a Lérida, donde pasé la noche en un camping. El cuarto y último día del viaje-aventura fue muy relajado. A medida que me acercaba a Sabadell tenía menos ganas de llegar : se acababa la aventura.

(Bonito fondo del pantano de Riaño)

-Después de todo :

-Fueron 10 días inolvidables, unos 2000 intensos quilómetros, llenos de recuerdos y sensaciones. Parece mentira, pero después de pasar por tantos lugares diferentes soy capaz de acordarme de multitud de rincones y situaciones, incluso con ayuda de las fotos y notas que tomé soy capaz revivir cada uno de los días del viaje.

-Reconozco que al principio tenía muchas dudas sobre si sería capaz de acabar el viaje, pero de no haberlo intentado no me lo habría perdonado nunca. Ya nadie tiene excusa para no viajar en moto (no te imaginas lo que aguanta una 50 c.c.). Lo esencial : ilusión , imaginación y ganas de montar en moto.

-Así que venga, y comienza a preparar tu próxima ruta-aventura, te aseguro que pasarás unos días inolvidables.

-Hasta la próxima.

 


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